Dicen que sólo hay dos tipos de ciclistas: los que se han caído y los que se van a caer.
Lamentablemente hoy en la salida del domingo con la grupeta del TRIPI hemos vivido la cara más dura de este deporte, con la caída de una compañera del equipo. Gracias a dios entre los que componíamos el grupo había un médico, que enseguida se ha hecho cargo de la situación y ha socorrido temporalmente a la accidentada. Además, a la hora de escribir esta entrada, el domingo por la noche, me dicen que se encuentra bien aunque posiblemente tenga que pasar por el quirófano para recomponer un brazo maltrecho. Mucho ánimo Patricia.
Los que hemos seguido la ruta, una vez socorrida la accidentada, lo hemos hecho con una mezcla de preocupación y malestar. Cada uno dentro de sí habrá reflexionado sobre lo ocurrido y a mí me han venido a la cabeza todos esos consejos que unas y otras veces escuchamos y también nosotros damos a los demás.
Llevar el casco por supuesto y bien abrochado, guantes (aún en verano), respetar las normas de circulación, llevar ropa visible, estar en buen estado físico, llevar teléfono e identificación personal...¿Quién no ha oído todos estos consejos? Y sin embargo los accidentes están ahí, acechando.
La salida de hoy a partir de ese momento ha sido un ejemplo de lo que debe hacerse en todas las salidas: ritmo controlado para todo el mundo, relevos a ritmos fáciles para todos y sin dar tirones, avisando siempre los de delante sobre baches, estrechamiento de la calzada y viandantes por la cuneta, en fin, lo que se debería hacer siempre y muchas veces se nos olvida.
Está claro que una vez que empiezas en este deporte asumes que una caída algún día te va a tocar a tí. Yo mismo lo he vivido el año pasado más veces de las que me hubiera gustado. Lo único que podemos hacer es extremar las medidas de precaución y comportarnos con prudencia para limitar los riesgos y, aunque no nos guste, afear a los demás las conductas imprudentes como no llevar casco, aparentando ser semiprofesional y tener un dominio de la bicicleta tal que no lo necesitas.
Como siempre, intento quedarme con algo positivo de lo sucedido y sin duda es la solidaridad de toda la gente que pasaba por la zona y no han dudado en detenerse e incluso bajar del coche para intentar ayudar. Está claro que en el mundo todavía hay esperanza.
Como dice el título de la entrada, precaución amigo conductor y sobre todo PROTECCIÓN.
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