domingo, 5 de febrero de 2012

Objetivo a la vista



Seguro que a cualquiera de los que compiten en un deporte les sonará esta escena, pero voy a arrimar el ascua a mi sardina y me referiré específicamente al triatlón.
Lunes por la mañana. Parece un lunes cualquiera pero algo dentro de tí te dice que no es verdad. En cuanto tienes un rato libre te conectas a internet y revisas la página web de la carrera que tienes el domingo. Quién se ha apuntado, a qué hora es la prueba, cómo son los circuitos, cuántas vueltas se dan en cada segmento...
El entrenamiento de ese día lo haces visionando la carrera, los golpes en el agua, la transición a toda pastilla, dejarse la vida en la bici para no perder rueda y por último darlo todo en la carrera a pie. No es un entrenamiento más, es el de "la carrera".
Martes, vuelves a mirar la web de la carrera. Nada ha cambiado pero tú esperas encontrar algo nuevo. Esa pequeña información que te diferencie de los demás, ese detalle que los demás no conozcan. Cómo estará el mar ese día, se necesitará neopreno o no, qué perfil tiene el circuito de bicicleta. El entrenamiento otra vez se hace pensando en la carrera. Al llegar a casa ya empiezas a pensar en el material que necesitas.
Miércoles, vuelves otra vez a la web. Para tu desesperación nada ha cambiado pero "si yo necesito saber más", aunque en realidad sabes que no es así.
Jueves, ya empiezas a rebuscar ese material que hace tiempo que no usabas: los imperdibles, el chip de cronometraje, las zapatillas de competir, la goma del dorsal y así un sinfín de cosas extrañas que sólo los que hacen triatlón entienden. Vuelves otra vez a visitar la dichosa web y nada de nada, ¿es que esta gente no actualiza la página?.
Y así día tras día hasta que llega el día D y por fin compites.
El domingo por la tarde cuando estás mas sosegado y haces balance de la carrera te das cuenta de que la semana se te ha pasado volando, los entrenamientos apenas te han cansado y no hiciste otra cosa que pensar en "lo único" (y no me refiero al sexo).
Esto es porque tenías en mente un OBJETIVO.
Si fuésemos capaces de transformar nuestra vida cotidiana haciendo que se pareciera al deporte el cambio sería espectacular. El fin de semana que vamos a pasar en una casa rural, el informe que tengo que entregar el jueves, la reunión del viernes. Todos esos pequeños objetivos nos servirían de motivación como si se trataran de pequeñas competiciones. Lo difícil es verlos de esa manera.
De momento el mío está centrado el 26 de febrero (Duatlón de Moraleja de Coca), pero como para eso queda mucho me centraré en uno de más corto plazo: levantarme mañana a las 6:45.




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